martes, 10 de noviembre de 2009

Esperanza



Necesito de tí,
de tu aroma y de tu piel,
necesito de tu desdén,
cuando se asoma por la luna y se covierte en sol,
de tus suspiros y preguntas,
de tus días y anhelos,
de tu miradas cándidas al medio día.

No sé quién eres, ni a dónde estás,
en que espacios vives, ni en alegría, ni en soledad,
solo sé que esperaré la mirada cuando tú apareceras,
mi destino se trizará,
mi mente resplandecerá,
mi cuerpo divagará por mil caminos,
por mil recodos de tu ser,
mi alma dejará los cien tormentos,
porque me recostaré en tu pecho y podré descanzar,
las hadas a lo lejos danzaran,
y mis sentires recobrarann el éxtasis de la verdad.

Ya no habrán amanceres fríos,
mi mentes en soledad,
se acabaran los deroteros,
se alzarán las copas en tu mirar,
la sonrisa eterna volverá a brillar,
aún en el crespúsculo de mis días,
sé que tarde o temprano tendrás que llegar.

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