sábado, 5 de abril de 2014

Había Pasado el Tiempo

"...Había pasado el tiempo y nos habíamos dejado de andar,
nuestros cuerpos se invadía de una sensación extraña no recordada,
atolondrada, con desidia y angustiada!,
decía la vieja enamorada.

Tus ojos padecían de fuego,
tu sonrisa ésta vez fue más bondadosa,
tus encantos me acercaron.
Aún atónita te observaba con indiferencia,
mientras en el corazón el gorrión quería escapar,
hasta que tu boca fue un don de ilusión,
mientras me preguntaba, ¿Por qué éramos tan diferentes amor?.

Te soñé en el horizonte,
te divisé en el atardecer,
retrocedía como niña asustada al bosque de la noche,
encontrándome con el peor de mis fantasmas.

Cuando terminó el encuentro,
replicaron las campanas de esperanza,
te fuiste, me diste un beso!,
ya no había agresión,
mientras mi cuerpo se silenciaba,
mi corazón te llamaba.

Mis ganas piden piedad de tí,
el diablo se apoderaba de golpe de mi pecho,
joven y viejo aún, tú me esperabas con tu sabiduría,
más tenue que tus canas viejas y perdidas.

Dices querer estar solo,
luego me llamas
y te escapas,
señor de mis encantos,
rebelde de mis melodías,
a dónde te fuiste,
te volví a buscar y me perdiste!,
pues había pasado mucho tiempo y ya no te amaba!".

Tiempos Violentos...

"Eran días tormentosos,
había guerra y paz,
rostros enfurecidos y desconsolados se unían,
en medio del mar,
dícen que había dolor,
más el sentir humano nada podía
sentir!.

Anda libre y con ganas de matar,
el holocausto sin final,
¿a dónde irémos a dar?,
qué será de nuestros niños,
de nuestras mujeres,
de nuestros hombres!,
nadie lo podía explicar,
pues seguían sus cuerpos destrozados
en medio de la batalla.

Luz de esperanza, dónde te has ido,
alma llana, que mece y resuena,
dile a los hombres que no sigan,
pues cuando el lucero nos descubra,
ya será demasiado tarde,
¿para qué morir?
¿para qué luchar?
en sus cuerpos ensangrentados,
no habrá paz,
ni rosas, ni lirios,
¡Oh hasta cuándo nuestros tiempos violentos sin paz!".

miércoles, 2 de abril de 2014

La LLamada...

"...la llamada soledad, se ha acunado en su sino,
la tristeza se ha apoderado de los instintos,
mientras la fe danza con la desesperanza,
en medio de los sin destinos,
de los afligos y de los olvidados.

Aún en ellos emerge la voz,
más ya ni en mi llanto,
¡por que él ama a otra!,
sueña con sus suspiros,
vive por sus besos
anhela con su pelo, gime al infinito por ella.

Aferrada al viento,
como la veleta cambia una y otra vez,
sigo el rumbo del vagabundo de amores,
del mendigo de pan,
que ya no quiere volver a pedir más
por amores,
avanza lo aprendido,
el olvido y la desilusión.

Ha sido así una vida!,
despojada del manantial,
de la vid del amor,
me sumerjo en las constelaciones
del no ser,
pues solo allí logro compensar
los sinsabores del grito de la soledad".