sábado, 10 de agosto de 2013

Anhelada Depresión

Amiga insostenible,
de los decaídos en el pensar, en el ser y querer,
en la mitad de los treintenos,
se piensa en qué se hizo y cuándo se deambuló.

Quizás sea disminuidos recursos y habilidades para estar,
apegos inconclusos y simbióticos a la vez,
miro hacia atrás y veo lo no logrado,
cuál fue el error,
la compañía tuya doña Soledad.

La búsqueda de lo imposible,
nunca se hizo realidad,
la verdad del ser,
se perdió entre gemidos, tristezas y olvidos,
el rechazo, el dolor, el abandono,
mecen la cama del temor.

Ya se le acaban los años a ella,
y yo me aniquilo por verla soñar,
en el rincòn de los recuerdos,
se que no puedo decaer,
trato y trato de levantarme a no más poder.

Ha sido la lucha incansable,
de caballeros sin espadas,
de princesas desoladas,
hoy sin nada en las manos,
ya no sé que hacer.

Como prisionera quisiera que me vieneras a rescatar
de mi ansiada soledad,
pero basta de disociar,
ha llegado el momento temido de sufrir y llorar,
es lo que nos ganamos!,
por neganos a equivocar, por temer,
por no saber donde buscar.

Regresiones de aquella niña,
que esperaba en el ventanal,
mientras mamá dormía,
para no despertar,
con el susto en el aire,
para no molestar,
así se fueron quedando nuestros años,

Y hoy ansiada soledad,
ya no nos podemos despegar,
unidas sin paz,
volviendo a la timidez,
al dolor de no querer vivir,
así nos encontramos otra vez!.

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