Despierta mi alma en la noche,
búsqueda de tu música y de tu encanto,
en medio del tridente de mi obsesión,
te encuentro perdido entre lo superfluo de la vida,
mezcla de angustia y emoción,
amantes, encantos, gritos, baile, ensueños,
que juzgan mi pasar,
como si mi cuerpo se hiciera mil pedacitos,
pues de cara a la realidad,
me doy cuenta que nunca tuve tu amar,
te esperaba, te añoraba, te ansiaba y deseaba,
en medio del tren me dí cuenta que nunca me podrías amar,
alma en pena,
llanto de noche,
sonrisa en la mañana para aparentar,
mientras tus musas se jactan de la libertad de tu amor,
yo sigo prisionera de tu ojos,
de tu cuerpo y ser,
quizás sea el sendero de agua que nunca he de beber,
tal vez sea la canción que nunca más volveré a escuchar,
te marchas y te dejo libre,
la rabia corroe mis huesos de antaño,
reminiscencia de infancia, de adolescencia y ternura,
para terminar en la plaza de tu traición y mi desventura
martes, 29 de septiembre de 2009
La Plaza de la Traición
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