Amiga soledad, nos volvemos a encontrar en el mismo patíbulo,
con las misma realidad que se escurre entre los dedos,
que no calza con el amor,
deambulando por los mares de la desilusión,
volvimos a ser una.
Extrañaba el sabor mústio de tus labios,
nos unimos en las letras,
pues el amor no es para las dos,
solía caminar de tu mano por los espacios de mi living,
hoy vuelvo a rememorar tu presencia.
Nos tomaremos un café y volveremos a convesar una y otra vez,
serás mi compañía, porque nacímos juntas,
siendo el comienzo del mar y el infinito.
Aun hay llanto, y tú en las noches con tu abrazo a media luz me calmas.
Sé que aunque duela y sufra, pronto llegará la calma,
porque el cansancio no daba tregua a la espera,
tanta entrega y tanto desgaste,
para la indiferencia y la no consideración,
quizàs haya sido su forma,
más nuevamente me encuentro con la niña testaruda que no acepta más que su verdad.
Esperaremos amiga soledad, que se renueven las ganas, que surgan los riachuelos,
que se abran las ventanas a la luz,
para volver a comenzar,
para mirar lo que verdaderamente sea verdad.
domingo, 28 de junio de 2015
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